sábado, 5 de diciembre de 2009


POEMAS ESCRITO POR EL POETA YAUYINO NILTHON VILCHEZ BRUNO
Estudiante Universitario; Facultad de PP.HH.: Español y Literatura en la Universidad Nacional del Centro del Perú (Huancayo-Perú).

TINCO

A
ese pueblo que me vio nacer
en junio de primavera.

Aquí respiro el perfume de llantén verde
Cerros angelicales aguardan mi descanso
choza Semiredonda de esta puna lejana
En ti reposa la gaviota andina enamorada
Su esbelta catarata de espuma blanca
Su aguerrida lampa y valiente picota
Coronada con su puente colgante;
Pregonando humildad y grandeza

Es Santa Rosa de Tinco,
Del Distrito de Alis
De la Provincia de Yauyos
Región Lima, República del Perú.

Sus tercas peñas de caritas arrugadas
Siempre de pie ante el cielo azul
Quebradas enseñoreadas por el quinhual
Por el ichu silvestre y la ortiga colorada

El ganado danza la cumbre sin temor
Tinco tiene andenes, Tinco tiene la vida
Los andenes; vuestra papa, mashua y cebada
La vida; a mi altivo pueblo milenario.

Cheqche y huamanrripa curan mis penas amargas
Quebradas profundas dan eco a mi canto
Su queso pálido, yacuchupe y pushpo
Cancha y charqui seco, la esencia del tanqueño

Cristalino el Yauyos transmite paz y amor
Resistencia a la muerte, lealtad a la vida
Jocosos florecen los manantiales, dotados
De fuerza invencible y glorioso poder.

Yanapchacan, Condorcharana, Huaclacancha
Piedra Parada y Sunca, Huacuypacha y Padre Maray
Koriac y Machay, paccha y Pucayacu
Enseñadnos tu entrega, enseñadnos tu identidad.


EL ZAPATERO

Tin tin tin
tin tin,
tin…

voy mirándoles
Reparándoles su tristeza
Al martillo amarillo poco le importa
De la clase social que vengan ellos
Si de izquierda o de derecha

Los aprecio y los sano con mi justicia
Las clavaditas que les brindo, hilan
el zapateo de mi rojo corazón
Golpeando sus trágicas vergüenzas;
cosiendo sus penas y sus rasgaduras
voy parchándoles una alegría a sus desgracias;

Soy su zapatero, sí, sólo su zapatero
Tin tin tin
tin tin,
tin …
Así le suena el amor a mis oídos
Es la melodía susurrante de la vida

Sigan juntitos por la vida; les dije
con un beso en izquierda y derecha
A ellos, zapatos, ingenuos zapatitos.


LA LLAMA DE TUS BESOS


Diez y veinte de la noche
Mis impulsos aún te recuerdan
La llama que encendiste está intacta
Me quema me sofocan me embriaga
Tu delirio envuelto en mis retorcidos brazos
Tu locura yace fresca en mi memoria
Tu perfume vibrando en mis dedos amarillos
En mis tolerantes oídos tu voz
Respirando…
La llama que encendiste está intacta
Me quema me sofoca me embriaga
Tu mirar y tu sencillez de mujer
Son el tapiz de mis pensamientos
Tú sigues en los números de mi móvil
Tú en lo más hondo de mis neuronas
Bajo esta negra noche de soledad
Cierro los ojos y más te recuerdo
Y estos labios que te besaron
Como la nostalgia de una viuda

Como la timidez de un indio
Como la locura de un árbol
Como nerviosas palomitas
Como rositas deshojadas
Queriéndome decir
Dejad que la poesía
Haga su magia,
Mientras tanto
Mi corazón…
Al filo de esta noche
Ahogando mi locura
Por haberte amado
¡Profundo!
Profundo,
Sin piedad.


TRISTEZA

Miro la más profunda tristeza.
De mi pueblo
bebo su llanto con estos mis labios
Llenos de sed
beso la ladera verde
De su espalda

En este día donde no sé nada del amor
Sobre la niña mía se apodera el dolor
Hoy cuando al universitario al obrero al campesino
Y a la Puta solitaria

Les es sofocante y molestoso meter los dedos.
Al alma de un mísero bolsillo
Miseria que habita entre nosotros
Despiadadamente…

¿La culpa la tiene nadie?, ¡o tal vez!
El siempre desnudo de los octubres morados
Que nunca dio la cara

Dejad que lloren un amor las margaritas con faldas
/Es su tiempo

Que suspiren de alegría los jilgueros amarillos
/Del palacio

Que marquen las reglas y las horas convenidas esos gallos/Traviesos
Que nosotros, los de aquí, los de esta junta

Estamos ebrios de dolor
Usurpemos con furor al conformismo
Yo pondré metáforas desenvainadas
Y desempolvaré los bolsillos
Tan llenos,
Tan llenos; de miseria y tristeza.



MADRE SOFÍA

Con el alma de un ángel
con el corazón de poeta
más aún, con todo el amor
de tu amado hijo.

Hoy, en el día de las madres, mi corazón ya no sonríe
El canto de los pajarillos es también un profundo silencio
Madre, es el segundo domingo de ese mayo que espero
Yo aquí de pie; bien peinadito para entregarte mis florecitas

Sigo sentado junto a las pálidas rositas que te compré;
Pensando en mis chocolates como en tus ojos marrones
Recordando ese frágil cabello negro y tu dulce aroma
Interrogando tu presencia y la sangre tuya que es mía

¡Señora!, es domingo, es tu día y es medio día todavía
Quiero verte, besarte y cantarte, entregarte mi poesía
Mi soneto de amor en español directo al cielo de Dios

Quiero que sonrojes a mis rositas, baja y tiéndeles tu mirada
Desciende pronto; ¡pronto!, para no irme a inundar tu casita
Domingo noche y tu hijo te sigue esperando ¡bien peinadito!.



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