martes, 10 de marzo de 2009

Crisis Financiara Global: ¿tiene solución?
por Luis Bravo Villarán – 07 marzo, 2009

“Si quieren permanecer esclavos de los banqueros y pagar el costo de vuestra propia esclavitud, dejen a estos que continúen creando dinero y controlando el crédito en el país”. Sir Josieh Stamp 1880-1941
Los fundadores del Banco Central (FED) en los EE.UU.: Rochefeller, Morgan, Wartburg y Rotschild
De Investigación y Gestión Consultores:
“El impacto del plan Obama se vería a finales del 2010, porque el principal problema que enfrenta el plan de estímulo económico por US$787.000 millones de EE.UU. es la falta de credibilidad. Si el mercado no es persuadido, no importará con cuánto dinero se disponga, seguirán poniendo más y más dinero y sus expectativas lo seguirán arrastrando a la baja. La semana pasada, la revista británica The Economist publicó unos estudios de la oficina de presupuesto del Congreso de ese país que predicen que el impulso que se busca obtener con el paquete de ayuda recién podría alcanzarse hacia finales del 2010.Este pronóstico y la cadena de pedidos de ayuda por parte de las empresas que son claves para incrementar cifras de empleo en EE.UU., como Chrysler y General Motors, afectan la confianza de los estadounidenses. Mientras la incertidumbre no se disipe, nadie (salvo los muy temerarios, que los hay) apostará por invertir en sectores ligados a la demanda interna de EE.UU., como en agroindustria o textiles…”
El gran problema de la crisis –fuera de no haberse establecido en su verdadera dimensión- es que se están buscando soluciones a través de medidas de inyección de dinero a las entidades financieras que son precisamente las causantes de esta debacle. Si a esa pléyade de “timberos” (gestores del “casino global”) que arrastraron al mundo a la mayor de las tinieblas bajo la pastilla del “libre mercado” (cuando en realidad lo que se practicaba era un libertinaje llevado al extremo) y a esa frase idiota (o para idiotas) tan famosa: “no se preocupen que el mercado lo arregla todo” (cuando los que arreglaban o desarreglaban eran jóvenes operadores irresponsables que manejaban todo en busca de altas rentabilidades para sus patrones –los banqueros- y bonos para sus bolsillos).
¿Por azar se puede pensar que esta “crisis de confianza” se superará haciendo lo que están haciendo los gobiernos de los EE.UU. y la UE; es decir inyectando dinero (más emisión de monedas) en cantidades industriales a los bancos (y a AIG)?; ¿por azar creen que hay recetas salvadoras de economistas que nunca han vivido algo parecido; cuando si no todos, casi todos se equivocaron o callaron por interés unos y por ignorancia la mayoría; y los que tímidamente veían venir lo que llegó, no levantaron la voz lo suficientemente alta y a tiempo?.

El gran problema hoy es cómo evitar reconocer que ese “sistema” fracasó, colapsó; ojala esto se hubiera precipitado en la crisis del Nasdaq en el 2000 y luego S-11, Enron, World Telephone, las aerolíneas (Ch-11), etc. en el 2001, cuando el gobierno americano cuidó que ningún banco caiga para que el “sistema” siga vigente; entonces el mal se hubiera detectado en una etapa anterior y el daño hubiera sido menor y hasta posible de solucionar con un mayor y mejor control; pero no, lo que hizo fue inyectar cantidades importantes de dólares al mercado para que siga el “baile” … y el baile siguió con más fuerza con la “doble moral” del “sistema” en los mercados secundarios donde la SEC únicamente supervisa los títulos valor que se transan sobre los 270 días; naturalmente cada pieza del baile, duraba máximo 270 días a través de los “Commercial Papers” que admitían cualquier respaldo, como las “hipotecas empaquetadas” y partidas en pequeños slices (cual salchichas) que se transaccionaban a través de modelos computacionales una y otra vez cada día, generando espirales con pequeñas rentabilidades, pero DIARIAS durante (hasta) 270 días … Así fue: primero dinero respaldado por dinero … luego dinero respaldado por paquetes de hipotecas (es decir por activos “ocupados” no productivos cuya rentabilidad era ficta consecuencia de la especulación en el mercado hipotecario, y que resultaba tan absurda, por cuanto esas deudas tenían un límite: el compromiso de pago y la capacidad para cumplirlo)… hasta llegar a dinero sin respaldo alguno. TODO ESTO SIN SUPERVISION, SIN REGULACION.
Aquí hay dos grandes responsables: los gobiernos por permitirlo y los bancos por actuar sin límites y sin ápice de ética ni consideración alguna por el MERCADO.
La solución aquí, no es inyectarle dinero a los bancos y devolverles la capacidad de continuar manejando lo que han manejado –y como!!- desde hace muchos años. Aquí lo que cabe es el sinceramiento y eso únicamente es posible a partir de reconocer la verdadera dimensión de las crisis en cada lugar (principalmente en EE.UU. y en la UE).
¿Quiénes han generado esta espiral de grandes pérdidas?: es claro que son los bancos.
¿Qué se necesita para que el mercado (que se sataniza como término, pero que es real) recobre confianza?; la única posibilidad es que tenga mayor disponibilidad de recursos para satisfacer sus necesidades (mayor demanda) y ello únicamente sería viable con (más) “ingresos” para las personas; pero como ello no parece posible en estos momentos, lo que tal vez deba estudiarse es cómo quitarles la presión de pagar lo que no pueden pagar, pero no a través de la compra de sus deudas por el Estado que pagaría a los bancos, pues ello es “más de lo mismo”, sino a través de un estudiado castigo escalonado de deudas en los bancos, sin darle a estos la capacidad de ejecución de los inmuebles que entrarían a un “fideicomiso especial” (también debe estudiarse) que tendría como beneficiarios a los mismos bancos para afectar lo menos posible sus balances. En el ínterin –en espera de la recuperación de la capacidad de pago de las personas y las familias- se puede fijar también de manera escalonada, contratos especiales de “alquiler” de los inmuebles ocupados cuyo producto ingresaría a ese fideicomiso (subordinación de la cobranza con condiciones especiales) y se reinyectaría a los bancos de acuerdo al diseño que se convenga.
¿Habrá quiebras?; sin duda habrá algunas, pero aquí se puede trabajar en vía excepcional una regulación que en lo posible minimice esta posibilidad, de manera que los bancos vayan también recomponiéndose con el tiempo; y por cierto, permitir la apertura de nuevos bancos con capitales que puedan provenir de diversas fuentes seguras y debidamente evaluadas por las entidades supervisoras encargadas de autorizar sus organizaciones y operaciones.
Y ¿cómo activar el aparato productivo?; los bancos deben ser los articuladores de la “cadena de pagos” en el mercado y a través de ella de la canalización del dinero, abriendo la disponibilidad de líneas de crédito trianguladas, también bajo control de sendos fideicomisos con lo que se iría gestando un nuevo “sistema de colateralización” que cambie el paradigma de las “hipotecas” que ya se agotó y que abarque a toda la gama de actores, desde las personas, las familias, pasando por las pequeñas, medianas hasta las empresas de mayor dimensión. Evitar en adelante el establecimiento de “hipotecas”; así se quita de la mano de los bancos el arbitraje (“juez y parte”, fuente de abusos que ha terminado con el desastre que se ha presenciado en los últimos meses, desde el 2007, aunque ya se venía venir desde mucho antes).
Los gobiernos entonces, en vez de “estatizar” los bancos, comenzarían por ejercer el control de los fideicomisos y constituirse en los “grandes fiduciarios” (trustees), para inmediatamente ir creando fiduciarias público-privadas, que ejerzan el control sobre las transacciones financieras de manera independiente a los bancos (prestamistas) y los beneficiarios de los créditos (prestatarios). Un cuarto actor importante serían las “administradoras de riesgos” (no clasificadoras, que es distinto); que asistan a los clientes en la pre-evaluación de sus riesgos para presentar sus operaciones a los bancos y a las fiduciarias, apoyando luego –como parte del sistema- en el seguimiento y control de los créditos en la fase operativa. Las aseguradoras seguirían en su papel de tomadoras de riesgos tradicionales y de aquellos susceptibles de económicamente ser transferidos; conformándose así un SISTEMA libre, más saludable, transparente y con mayores probabilidades de éxito.
Un papel adicional para el Estado: crear “fondos de garantía empresarial” manejados por los fiducirarios, para los diversos niveles de la economía: microempresa, pequeña empresa y mediana empresa, de manera de cubrir los riesgos de arranque de nuevas iniciativas productivas debidamente evaluadas, hasta la formación de sus activos y la generación de flujos, que luego serían fideicometidos en tanto el crédito esté a riesgo. Así, con nuevas iniciativas o reactivando existentes, se generará empleo y con ello la CONFIANZA, pero en un NUEVO SISTEMA.
Esto no pretende ser una solución, sería presuntuoso; es el bosquejo muy grueso de una salida posible con herramientas disponibles, que eliminaría (o por lo menos minimizaría) la arbitrariedad y el libertinaje que ha devenido en esta inédita crisis financiera global.
Medidas drásticas: minimizar la especulación y la generación de rentabilidades fictas sin respaldo productivo. Para ello, los mercados de capitales deben auto-regularse y ser supervisados más de cerca. Los mercados secundarios de dinero deben desaparecer y con ello los programas de alto rendimiento (high yield programs) donde actualmente puede estar aún escondiéndose gran parte de la crisis, pues hemos visto la explosión de las “hipotecarias”, pero ¿y las “corporativas”?.
Algo fundamental, evitar la danza de “derivados” de productos alimenticios. Las bolsas de productos mundiales, deben trabajar con simples “contratos de futuro” respaldados, con transabilidad controlada y debidamente supervisados, pues los “filudos operadores de los mercados financieros” están apuntando cada vez con mayor énfasis a ese tipo de mercado y con las mismas técnicas conocidas para la toma de decisiones de compra y venta (no de alimentos, sino de títulos respaldados por entrega de alimentos). ¿Qué vendrá después?. Esta claro, el incremento en espiral de los precios internacionales de los alimentos para poder pagar las rentabilidades que esos mercados de títulos demandarán. Tenderemos pues como consecuencia, primero una mayor inflación en el precio de los alimentos (ya hemos presenciado este efecto hace poco como resultado de la especulación de los años 2007-2008 y no como falsamente se informó explicando que ello se debía al aumento de la demanda de India y China) y luego … -Dios nos libre- un hambre mundial sin precedentes?.
El Perú tiene condiciones excepcionales para librarse de un peligro tal, pero ello dependerá de la capacidad y habilidad del gobierno y por cierto del empresariado actual y especialmente del emergente que es la esperanza. Pero, si se sigue pensando que recetas tradicionales para lograr guarismo (crecimiento) de corto plazo son la solución en la esperanza que el mercado global se recupere en el 2010, nuestro futuro dependerá de ello, cuando nosotros podemos gestar un futuro mejor; pero … seguimos la misma música sin ninguna innovación que pueda traducirse en verdadero desarrollo con inclusión y generación de riqueza.