Por: Manuel Madueño
El emblemático templo de “Santiago de Víñac”, ha sido destruido desde sus cimientos por orden de las Monjas que desde el año pasado viven en Víñac, con el pretexto de evangelizar a los habitantes de la Zona Sur Grande de la provincia de Yauyos. Para llevar a cabo tan execrable trasgresión de lesa humanidad, solicitaron a la Prelatura de Yauyos el envío de un tractor, que en tiempo record trajo abajo las paredes centenarias, que duró más de diez años en construirlas, por cientos de indios que se negaron viajar a las minas de Santa Bárbara de Huancavelica.
HISTORIA
Este templo fue construido en la época Colonial, durante la extirpación de las idolatrías ordenada por el Virrey Francisco de Toledo, entre 1575-1580. Por estos mismos años los indígenas asentadas en las cumbres de Wiñaccancha, fueron obligadas de trasladarse al actual lugar para que encomenderos que gobernaban, pudieran cobrar el tributo a los nativos por ser vasallos del Rey de España. Los indios de la zona en cumplimiento de la mita o sea los servicios personales que deberían ofrecer los habitantes, pareciera la continuación de la costumbre incaica, trabajar en la mina de Huancavelica extrayendo el mercurio, pero se negaron o se escaparon; por lo que los sacerdotes ordenaron edificar el templo, cargando las piedras talladas de la antigua ciudad.
Esta iglesia fue levantada desde sus cimientos con piedras talladas transportada de la fortaleza de “Wiñaccancha”, antiguo asentamiento de los viñaquinos que se halla en la cumbre del cerro del mismo nombre, a dos kms de distancia. Tuvieron que destruir una ciudad amurallada pre-inka, para construir el templo que tenía más de 25 m de alto, 100 m de largo y 50 m de ancho. Dos altas torres de las cuales pendían centenarias campanas. Una, llamada “María Angola”, cuyos tañidos se escuchaba a diez km de distancia, fueron llevados por algunos párrocos a Lima con el pretexto de repararlas, pero nunca más volvió porque estaba fabricada con alta ley de oro y plata.
El interior de la Iglesia estaban pintadas al óleo, con la figura de distintos santos del Evangelio: San Lucas, San Mateo, San Antonio, etc., cada uno con sus respectivos emblemas. Ejm: San Lucas al lado de un león africano; obras del arte virreynal, que muchas iglesias de la Lima Colonial no la tienen. El altar mayor, maravillosamente labrado con piedras canteadas, yeso y cemento; en su interior se guardaba a la Virgen de la Candelaria y al patrón Santiago de Víñac. Además, el Señor Crucificado, la Virgen Dolorosa y muchos santos más. El púlpito fue cambiado por cemento, pero esto recién hace algunos años.
LA IGLESIA A TRAVES DE LA HISTORIA
En 1818, el joven Ramón Castilla y Marquesado y el Teniente Coronel Fernando Cacho, en un viaje a pie realizado del Brasil hacia Lima, descansaron una noche en Víñac y tuvo la suerte de ingresar a esta iglesia y encomendarse a Dios para que llegara sano y salvo a la Capital. En 1834 el Presidente del Perú, José Luis de Orbegoso llegó a esta ciudad en su viaje al Centro del Perú, donde Agustín Gamarra orquestó un golpe de Estado, nombrando como Jefe Provisional del Perú al General Pedro Bermúdez. El Presidente Orbegoso, allí organizó una partida de guerrillas de 200 hombres a orden de Alberto Centeno Evangelista y 200 hombres más en el distrito de Chupamarca a orden de José Antonio Naval Huachaca, con los cuales marcharon hacia Ayacucho derrotando a las fuerzas revoltosas en Huaylachuco.
En 1882, los chilenos que se hallaban acampados en el valle de Cañete recibieron la orden del alto Comando Militar, marchar al valle del Mantaro, que don Andrés Avelino Cáceres se había levantado en armas desconociendo el denigrante Tratado de Ancón. Llegaron a Víñac, después de pasar a nada el río Cañete, porque el puente colgante de Llangastambo fue cortado. El templo fue convertido en su Cuartel General. Se sorprendieron que el Patrón Santiago estuviera allí y no en Santiago de Chile, quisieron llevarlas, pero como el viaje a Huancayo era oneroso, sólo aprehendieron a los hermanos Candelario, Fermín y Carlos Odría, para que los señalara el camino hacia el centro del Perú.
En 1902 dejó de existir el párroco de Víñac, Lorenzo Justiniano Rojas, natural de Huamanga, siendo sepultado en una de las bóvedas del templo. Después de unos días llegó a las exequias, su hermana doña Carlota Rojas en compañía de su hijo Manuel Jesús Gamarra Rojas de 16 años, estudiante del Seminario San Cristóbal de Huamanga. Después ya no volvieron a su tierra porque encontraron amor, cariño y mucha amistad quedándose a vivir. Con los años Manuel Jesús fue preceptor de la escuela para que enseñara a los niños. Se hizo viñaquino y contrajo matrimonio con Teófila Cortijo Segovia, sobrina del nuevo párroco Benjamín Retamozo. Después de algunos años pasaron como maestros de las escuelas fiscales Nº 4604 y 4608 de Huangáscar y se hizo huangasquino donde construyó su casa, y allí nacieron el resto de sus hijos.
El año 2004 estuvo en Víñac el Ministro de Economía del Presidente Alejandro Toledo, don Pedro Pablo Kuczynski y visitó el templo, maravillándose de su antigüedad y de su importancia. El año 2007 o sea el año pasado llegó a Víñac la Primera Dama de la Nación, Pilar Nores de García en su viaje de visita al distrito de Madeán. No tuvo la suerte de ingresar a la iglesia porque no estaba el Sacristán del pueblo, quien guarda las llaves del histórico templo.
Esta iglesia tiene cientos de historias bellas y hermosas. Era la joya más apreciada por todos los habitantes del lugar, allí estaba unida la identidad de la sociedad viñaquina. Hoy lloran su destrucción, incapaz de reconstruirla, a pesar que las monjas dijeron que después de tumbarlas las levantaría otra idéntica a la anterior, pero no ha cumplido con su palabra, muy por el contrario piensan levantar otros moradas, que sin duda beneficiarán a la comunidad, pero no deberían haber destruido el símbolo del hombre viñaquino.
En este lugar donde hace unos meses estaba el templo “Santiago de Víñac” piensan edificar una pequeña capilla, un Refectorio para la comunidad y otras obras intrascendentes quizás puedan beneficiar a los habitantes, pero estas no tendrán el valor histórico de nuestro templo. Fue una obra colosal que dejaron nuestros antepasados, deleite, admiración de turistas. Era el orgullo de nuestras autoridades, profesionales y público en general.
El emblemático templo de “Santiago de Víñac”, ha sido destruido desde sus cimientos por orden de las Monjas que desde el año pasado viven en Víñac, con el pretexto de evangelizar a los habitantes de la Zona Sur Grande de la provincia de Yauyos. Para llevar a cabo tan execrable trasgresión de lesa humanidad, solicitaron a la Prelatura de Yauyos el envío de un tractor, que en tiempo record trajo abajo las paredes centenarias, que duró más de diez años en construirlas, por cientos de indios que se negaron viajar a las minas de Santa Bárbara de Huancavelica.
HISTORIA
Este templo fue construido en la época Colonial, durante la extirpación de las idolatrías ordenada por el Virrey Francisco de Toledo, entre 1575-1580. Por estos mismos años los indígenas asentadas en las cumbres de Wiñaccancha, fueron obligadas de trasladarse al actual lugar para que encomenderos que gobernaban, pudieran cobrar el tributo a los nativos por ser vasallos del Rey de España. Los indios de la zona en cumplimiento de la mita o sea los servicios personales que deberían ofrecer los habitantes, pareciera la continuación de la costumbre incaica, trabajar en la mina de Huancavelica extrayendo el mercurio, pero se negaron o se escaparon; por lo que los sacerdotes ordenaron edificar el templo, cargando las piedras talladas de la antigua ciudad.
Esta iglesia fue levantada desde sus cimientos con piedras talladas transportada de la fortaleza de “Wiñaccancha”, antiguo asentamiento de los viñaquinos que se halla en la cumbre del cerro del mismo nombre, a dos kms de distancia. Tuvieron que destruir una ciudad amurallada pre-inka, para construir el templo que tenía más de 25 m de alto, 100 m de largo y 50 m de ancho. Dos altas torres de las cuales pendían centenarias campanas. Una, llamada “María Angola”, cuyos tañidos se escuchaba a diez km de distancia, fueron llevados por algunos párrocos a Lima con el pretexto de repararlas, pero nunca más volvió porque estaba fabricada con alta ley de oro y plata.
El interior de la Iglesia estaban pintadas al óleo, con la figura de distintos santos del Evangelio: San Lucas, San Mateo, San Antonio, etc., cada uno con sus respectivos emblemas. Ejm: San Lucas al lado de un león africano; obras del arte virreynal, que muchas iglesias de la Lima Colonial no la tienen. El altar mayor, maravillosamente labrado con piedras canteadas, yeso y cemento; en su interior se guardaba a la Virgen de la Candelaria y al patrón Santiago de Víñac. Además, el Señor Crucificado, la Virgen Dolorosa y muchos santos más. El púlpito fue cambiado por cemento, pero esto recién hace algunos años.
LA IGLESIA A TRAVES DE LA HISTORIA
En 1818, el joven Ramón Castilla y Marquesado y el Teniente Coronel Fernando Cacho, en un viaje a pie realizado del Brasil hacia Lima, descansaron una noche en Víñac y tuvo la suerte de ingresar a esta iglesia y encomendarse a Dios para que llegara sano y salvo a la Capital. En 1834 el Presidente del Perú, José Luis de Orbegoso llegó a esta ciudad en su viaje al Centro del Perú, donde Agustín Gamarra orquestó un golpe de Estado, nombrando como Jefe Provisional del Perú al General Pedro Bermúdez. El Presidente Orbegoso, allí organizó una partida de guerrillas de 200 hombres a orden de Alberto Centeno Evangelista y 200 hombres más en el distrito de Chupamarca a orden de José Antonio Naval Huachaca, con los cuales marcharon hacia Ayacucho derrotando a las fuerzas revoltosas en Huaylachuco.
En 1882, los chilenos que se hallaban acampados en el valle de Cañete recibieron la orden del alto Comando Militar, marchar al valle del Mantaro, que don Andrés Avelino Cáceres se había levantado en armas desconociendo el denigrante Tratado de Ancón. Llegaron a Víñac, después de pasar a nada el río Cañete, porque el puente colgante de Llangastambo fue cortado. El templo fue convertido en su Cuartel General. Se sorprendieron que el Patrón Santiago estuviera allí y no en Santiago de Chile, quisieron llevarlas, pero como el viaje a Huancayo era oneroso, sólo aprehendieron a los hermanos Candelario, Fermín y Carlos Odría, para que los señalara el camino hacia el centro del Perú.
En 1902 dejó de existir el párroco de Víñac, Lorenzo Justiniano Rojas, natural de Huamanga, siendo sepultado en una de las bóvedas del templo. Después de unos días llegó a las exequias, su hermana doña Carlota Rojas en compañía de su hijo Manuel Jesús Gamarra Rojas de 16 años, estudiante del Seminario San Cristóbal de Huamanga. Después ya no volvieron a su tierra porque encontraron amor, cariño y mucha amistad quedándose a vivir. Con los años Manuel Jesús fue preceptor de la escuela para que enseñara a los niños. Se hizo viñaquino y contrajo matrimonio con Teófila Cortijo Segovia, sobrina del nuevo párroco Benjamín Retamozo. Después de algunos años pasaron como maestros de las escuelas fiscales Nº 4604 y 4608 de Huangáscar y se hizo huangasquino donde construyó su casa, y allí nacieron el resto de sus hijos.
El año 2004 estuvo en Víñac el Ministro de Economía del Presidente Alejandro Toledo, don Pedro Pablo Kuczynski y visitó el templo, maravillándose de su antigüedad y de su importancia. El año 2007 o sea el año pasado llegó a Víñac la Primera Dama de la Nación, Pilar Nores de García en su viaje de visita al distrito de Madeán. No tuvo la suerte de ingresar a la iglesia porque no estaba el Sacristán del pueblo, quien guarda las llaves del histórico templo.
Esta iglesia tiene cientos de historias bellas y hermosas. Era la joya más apreciada por todos los habitantes del lugar, allí estaba unida la identidad de la sociedad viñaquina. Hoy lloran su destrucción, incapaz de reconstruirla, a pesar que las monjas dijeron que después de tumbarlas las levantaría otra idéntica a la anterior, pero no ha cumplido con su palabra, muy por el contrario piensan levantar otros moradas, que sin duda beneficiarán a la comunidad, pero no deberían haber destruido el símbolo del hombre viñaquino.
En este lugar donde hace unos meses estaba el templo “Santiago de Víñac” piensan edificar una pequeña capilla, un Refectorio para la comunidad y otras obras intrascendentes quizás puedan beneficiar a los habitantes, pero estas no tendrán el valor histórico de nuestro templo. Fue una obra colosal que dejaron nuestros antepasados, deleite, admiración de turistas. Era el orgullo de nuestras autoridades, profesionales y público en general.
REUNION URGENTE DE HIJOS VIÑAQUINOS DE LIMA
Los socios de la "Asociación Hijos de Víñac" residentes en la ciudad de Lima, el sábado 1ro. de Marzo se reuniran en su Complejo Deportivo de "Wiñaccancha" para tratar este delicado asunto que sin duda debe de traer abajo algunas autoridades de Víñac y algunos zánganos y oscuros ciudadanos que viven chantajeando autoridades.