OBISPO DE LA PRELATURA DE YAUYOS NOMBRÓ COMITÉ PRO- TEMPLO “SANTIAGO DE VIÑAC”
Por: Manuel Madueño Ramos
Por: Manuel Madueño Ramos
A dos años de haberse destruido el templo “Santiago de Víñac”, Patrimonio histórico del distrito de Víñac, el Monseñor Ricardo García Carcía, Obispo de la Prelatura de Yauyos, nombró al Comité Pro-Construcción del templo de la Congregación Santo Toribio de Mogrovejo con sede en el Centenario distrito de Víñac, para que colabore en la edificación de la iglesia matriz. Esta comisión es el nexo que reúnan a los residentes de Lima, encargada de apoyar económica y moral en el nuevo templo, cuyos planos fueron aprobados por el Prelado, el alcalde y la comunidad; y publicados en su debida oportunidad.
Claro está, la nueva infraestructura nunca reemplazará a la antigua iglesia, que construyeron nuestros ancestros en la época colonial, después que el Virrey don Francisco de Toledo diera la ordenanza de “Extirpación de las idolatría”, luego ordena edificar el templo, porque los españoles pensaban hispanizar a los indígenas; antes de poder realizar la tarea evangelizadora, enviaron a todos los pueblos un sin número de misioneros y doctrineros. Parece que la labor de estos eclesiásticos no dio el resultado que esperaban, porque los nativos seguían creyendo en sus huacas, en las momias de sus antepasados y sus adoratorios. Era una lucha interna con sus dioses, si aceptar la imposición de otro desconocido, y ocultamente seguir con sus creencias antiguas.
Los primitivos habitantes vivían en la cumbre de los cerros, formando ayllus: “Wiñaccancha”, “Allc’jamarca”, “Waricancha”, “Wancamarca”, “Punta takana”, dedicados a sus prácticas profanas; entonces el cura doctrinero Francisco de Ávila ordenó que todos ellos bajaran a un lugar accesible donde podrían ser censados y evangelizados. Esto sucedía por los años de 1570- 1575. Los indígenas fueron obligados dejar sus moradas y formar en lugares planos una ciudad, con rectas calles. Una plaza con una la iglesia a su lado, el cabildo, similar a las ciudades españolas. Donde se construyó el templo “Santiago”, existía un antiguo adoratorio inka, por eso los indios, una vez edificado la iglesia, siguieron peregrinando a ese lugar, porque lo consideraban sagrado.
Con los años los indios seguían en sus religión profana, a pesar que los misioneros los habían bautizado, convertidos en la cristiandad; aparentemente aceptaron, pero en el fondo frecuentaban a sus huacas y adoratorios en sus prácticas de idolatría. Entonces era necesario extirparlas, destruirlas todo que pudieran hacer recordar a sus dioses paganos, a este proceso se llamó “Extirpación de Idolatrías”. Esta fue la razón para echar abajo desde su cimiento el “Adoratorio de Wiñaccancha”, cuyas piedras talladas fueron transportadas en la edificación del templo a “Santiago”. Ahora, desaparecieron hurtadas por los mismos pobladores, sigilosamente llevadas a sus casas, para utilizarlas en otros menesteres.
Sea como fuere, el templo colonial fue derribado el 2007, buscando como pretexto la leve inclinación de una de las torres, pensando que en cualquier momento se desplomaría encima de alguna persona, entonces recapacitaron cortar por lo sano. Antes que suceda una desgracia, mejor era alquilar un tractor y traer abajo el trabajo de hace siglos. Y la población católica protestó airadamente, porque con ella se ofendía la identidad viñaquina. Víñac es un pueblo católico, cuna del primer sacerdote de la zona sur de Yauyos, el R. P. Manuel Gamarra Cortijo, hijo del maestro Manuel Jesús Gamarra Rojas que llegó de Huamanga en 1902 junto a su madre Carlota Rojas. Uno de los nietos del General Agustín Gamarra, Jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador en la batalla de Ayacucho, dos veces Presidente del Perú. Lo siguieron en esta tarea evangelizadora los sacerdotes, hermanos R. P. Nelson y Noe Goicochea Madueño, más viñaquinos que la papa “huayro” y las antaylumas de “Viñacmayo”.
Como dice el dicho “no podemos seguir llorando sobre leche derramada”. El pueblo, las autoridades y el Obispo de la Prelatura de Yauyos han tomado el reto, construir de inmediato el templo, para ello las Madres Misioneras de Víñac han hecho una serie de gestiones buscando ayuda extranjera. El Obispo mediante un RESCRIPTO, nombró a los miembros del Comité Pro- templo: Presidente, Diógenes Madueño Guerra; Vice- Presidente, Antenor Rojas Guerra; Secretario de Actas, William Alvarado Guerra; Tesorero, William Madueño Guerra; alcalde, Teodardo Carrión Huamán; Vocales: Marino Evangelista Chávez, Vicente Chulluncuy Guerra y Vicente Rojas Centeno; y como Asesora Espiritual, la Rvda Madre Susana MJVV.
Creo que el Comité ha caído en buenas manos, ojalá pueda superar todas las dificultades, que seguramente encontrarán en el camino. Sabremos si tendrán el temple necesario para salvar la vallas que algunos pondrán en el camino, otros por la propia naturaleza de los hechos. Estaremos vigilantes.
Claro está, la nueva infraestructura nunca reemplazará a la antigua iglesia, que construyeron nuestros ancestros en la época colonial, después que el Virrey don Francisco de Toledo diera la ordenanza de “Extirpación de las idolatría”, luego ordena edificar el templo, porque los españoles pensaban hispanizar a los indígenas; antes de poder realizar la tarea evangelizadora, enviaron a todos los pueblos un sin número de misioneros y doctrineros. Parece que la labor de estos eclesiásticos no dio el resultado que esperaban, porque los nativos seguían creyendo en sus huacas, en las momias de sus antepasados y sus adoratorios. Era una lucha interna con sus dioses, si aceptar la imposición de otro desconocido, y ocultamente seguir con sus creencias antiguas.
Los primitivos habitantes vivían en la cumbre de los cerros, formando ayllus: “Wiñaccancha”, “Allc’jamarca”, “Waricancha”, “Wancamarca”, “Punta takana”, dedicados a sus prácticas profanas; entonces el cura doctrinero Francisco de Ávila ordenó que todos ellos bajaran a un lugar accesible donde podrían ser censados y evangelizados. Esto sucedía por los años de 1570- 1575. Los indígenas fueron obligados dejar sus moradas y formar en lugares planos una ciudad, con rectas calles. Una plaza con una la iglesia a su lado, el cabildo, similar a las ciudades españolas. Donde se construyó el templo “Santiago”, existía un antiguo adoratorio inka, por eso los indios, una vez edificado la iglesia, siguieron peregrinando a ese lugar, porque lo consideraban sagrado.
Con los años los indios seguían en sus religión profana, a pesar que los misioneros los habían bautizado, convertidos en la cristiandad; aparentemente aceptaron, pero en el fondo frecuentaban a sus huacas y adoratorios en sus prácticas de idolatría. Entonces era necesario extirparlas, destruirlas todo que pudieran hacer recordar a sus dioses paganos, a este proceso se llamó “Extirpación de Idolatrías”. Esta fue la razón para echar abajo desde su cimiento el “Adoratorio de Wiñaccancha”, cuyas piedras talladas fueron transportadas en la edificación del templo a “Santiago”. Ahora, desaparecieron hurtadas por los mismos pobladores, sigilosamente llevadas a sus casas, para utilizarlas en otros menesteres.
Sea como fuere, el templo colonial fue derribado el 2007, buscando como pretexto la leve inclinación de una de las torres, pensando que en cualquier momento se desplomaría encima de alguna persona, entonces recapacitaron cortar por lo sano. Antes que suceda una desgracia, mejor era alquilar un tractor y traer abajo el trabajo de hace siglos. Y la población católica protestó airadamente, porque con ella se ofendía la identidad viñaquina. Víñac es un pueblo católico, cuna del primer sacerdote de la zona sur de Yauyos, el R. P. Manuel Gamarra Cortijo, hijo del maestro Manuel Jesús Gamarra Rojas que llegó de Huamanga en 1902 junto a su madre Carlota Rojas. Uno de los nietos del General Agustín Gamarra, Jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador en la batalla de Ayacucho, dos veces Presidente del Perú. Lo siguieron en esta tarea evangelizadora los sacerdotes, hermanos R. P. Nelson y Noe Goicochea Madueño, más viñaquinos que la papa “huayro” y las antaylumas de “Viñacmayo”.
Como dice el dicho “no podemos seguir llorando sobre leche derramada”. El pueblo, las autoridades y el Obispo de la Prelatura de Yauyos han tomado el reto, construir de inmediato el templo, para ello las Madres Misioneras de Víñac han hecho una serie de gestiones buscando ayuda extranjera. El Obispo mediante un RESCRIPTO, nombró a los miembros del Comité Pro- templo: Presidente, Diógenes Madueño Guerra; Vice- Presidente, Antenor Rojas Guerra; Secretario de Actas, William Alvarado Guerra; Tesorero, William Madueño Guerra; alcalde, Teodardo Carrión Huamán; Vocales: Marino Evangelista Chávez, Vicente Chulluncuy Guerra y Vicente Rojas Centeno; y como Asesora Espiritual, la Rvda Madre Susana MJVV.
Creo que el Comité ha caído en buenas manos, ojalá pueda superar todas las dificultades, que seguramente encontrarán en el camino. Sabremos si tendrán el temple necesario para salvar la vallas que algunos pondrán en el camino, otros por la propia naturaleza de los hechos. Estaremos vigilantes.