Sin embargo este sistema
es también frágil y debe protegerse. Por ello es importante que, la acción colectiva de las autoridades, la población y las instituciones de la zona apunten no solo a sacar provecho de sus recursos. También debe representar una responsabilidad común el cuidado, protección y manejo adecuado del territorio.
En ese sentido existe una preocupación en torno a la gestión de la reserva paisajística. Tiene que ver primeramente con los efectos que el cambio climático ya viene ocasionando (problema global) y que a nivel local podría generar alteraciones en el clima ya muy difíciles de predecir para el poblador andino. Se suma a ello la pérdida de identidad y cultura de manejo del territorio que ancestralmente tenia el poblador de Yauyos.
A continuación me explayo un poco en el tema:
1.- El agua:
Oportunidad y cantidad: La recarga de agua en la cuenca, que da vida a los demás sistemas corre peligro. Las represas y diques no son suficientes, incluso las que se construyen (El Platanal) pueden suponer un peligro social antes que una solución al tema: venta de derechos agua, conflicto por Canon hidroeléctrico (o fideicomiso), regulación unilateral del recurso en función de hidroenergía, no respeto al caudal ecológico, etc.
Calidad: Se siguen explorando zonas mineras en la zona. Corona tiene la idea de comprar más tierras a la comunidad de Alis y Laraos tiene una mina altamente contaminante. La cuenca es base de producción agrícola y pesquera (truchas y camarones), pero el vertimiento de metales y ácidos provenientes de los revales mineros puede acabar con estas especies. Sin embargo aún no han habido acciones coordinadas para protegernos como reserva paisajística de esta amenaza. "Si el Gobierno quiere entrar a zonas frágiles de la selva amazónica, ¿cómo va a respetar la cuenca de Yauyos?"
2.- Manejo del suelo. Muchas de las prácticas de pastoreo (por ahora localizadas) de parte de grupos comunitario o familias ganaderas y agricultoras presionan el suelo y generan erosión. No conozco de prácticas conservacionistas (salvo me equivoque) que se esté haciendo para conservación de suelos. Seguro el plan Maestro de la Reserva considera esto, pero ¿de donde sale la plata? ¿Quién lo hace? Las municipalidades gastan en cemento y muy poco en viveros, forestación o trabajos de conservación. Es más, mucho de este gasto se va en obras que rompen la armonía del paisaje: hospedajes, locales comunales, casas con ventanales costeños, etc. (Esperemos que con los núcleos ejecutores se abra un programa de reforestación).
3.- La pérdida de valoración cultural. Yauyos es cuna de una enorme riqueza cultural que convivió en armonía con el ambiente donde el manejo vertical del territorio fue la base de la alimentación y preservación de recursos naturales y especies vivas (germoplasma, especies de flora y fauna, etc). Esto se está perdiendo. La interrelación del nuevo poblador con su medio se limita a extraer y no manejar.
4.- El clima está cambiando. Cuando estuve por allá hace unos meses (época de lluvia) observé veranillos prolongados y temperaturas muy extremas (mucho calor de día y heladas de noche). Conversé con la gente y me dicen que notan cambios. Ya no se puede predecir la época de siembra y las cosechas se ven amenazadas por heladas y friaje. Esto pasa en toda la sierra, es cierto, pero en Nor Yauyos que tiene una reserva, es más visible.
Ante estas amenazas la solución está en manos de los actores del medio y nuestras instituciones. Hace unos meses escuché a responsables de INRENA en la reserva trabajando en temas de cadenas productivas, telares, etc. Me parece bien, pero hay temas estratégicos de fondo que no se están viendo (creo).
La solución está en rescatar e incorporar nuevos conocimientos. Existe aún conocimiento sobre el manejo de recursos que no estamos apreciando; tecnología prehispánica que los antiguos yauyos han desarrollado para proteger el agua, almacenar, regular, etc. y manejar el suelo y especies vivas. A ello podemos incorporar nuevas tecnologías u otras prácticas: zanjas de infiltración, reservorios en tierra, manejo de pasturas, manejo de bosques, etc. Pero requerimos decisiones políticas. Esto no es solo preservar, es que con la preservación se abren nuevas posibilidades para generar nuevos ingresos en la gente. Ejemplos sobran: Los Yachachik en Cuzco, experiencias de Chirapaq y ONGs en Ayacucho, Cosecha de agua en Cajamarca, manejo de zanjas de infiltración en Tupicocha, fiestas del agua en Huancavelica, etc.
No podemos mitigar el cambio climático, eso es responsabilidad de países desarrollados que han presionado la naturaleza con modelos de desarrollo extractivos. Lo que nos queda es adaptarnos y mitigar sus efectos; mientras más temprano mejor.
Esta adaptación supone nuevas formas de ver el territorio, la naturaleza, y por qué no la reserva. Ya no es solo un tema de proyectos o autoridades, es un tema ético que atañe a todos(as); un cambio en nuestra forma de ver a naturaleza y de respetar el futuro de nuestros hijos. (Omar Varillas – Pro Yauyos)